Este cambio en nuestra manera de pensar tiene profundas consecuencias biológicas en la estructura de nuestro cerebro. Las vías celulares en él cambian en respuesta a nuestro comportamiento, y cuanto más tiempo pasemos en línea, más extensos serán los cambios cerebrales”, advierte.
El cerebro del futuro, dice Gary Small, investigador de la Universidad de California, no sólo será un “erudito tecnológico”, siempre listo para intentar y aprender nuevas cosas, sino también un experto en multitasking (multitareas) y en prestar atención. Tendrá una sintonía muy bien afinada entre sus habilidades verbales y no verbales, sabiendo cómo sostenerse a sí mismo y expresar empatía a la vez. Podrá nutrir su propia creatividad.